Counseling.

Alude tanto a una profesión, cuanto a un tipo de relación. A pesar de que cubre un enorme rango de actividades y contextos de aplicación podemos caracterizarlo como la “utilización hábil y fundamentada de la relación y la comunicación con el fin de desarrollar el autoconocimiento, la aceptación, el crecimiento emocional y los recursos personales” (British Association for Counselling, 1992). Su objetivo global es ayudar a que las personas vivan del modo más pleno y satisfactorio posible. Así el counseling queda definido como aquella relación interactiva que ayuda a las personas a lograr un autoaprendizaje activo, donde el conocimiento adquirido se ponga en juego para establecer metas vitales más claras y realistas, para adquirir habilidades que sirvan para manejar las situaciones vitales con mayor gratificación y eficacia. De este modo el Counseling se transforma en una herramienta para que las personas superen aquellos obstáculos propios que obstaculizan el desarrollo de su potencial.
Como dijimos al comienzo de esta definición el counseling cubre un enorme rango de contextos (persona, educacional, laboral, pastoral, comunitario, etc.) y en todos ellos pone a sus usuarios en situación de decidir qué va a hacer cada uno con su derecho a su bienestar físico-emocional-espiritual. No se trata de que el counselor decida por su consultante sino que éste decida por él mismo cómo ejercer ese derecho.
En especial la aplicación del counseling en el contexto organizacional.

(organizaciones privadas y públicas, con o sin fines de lucro) puede entenderse para:
Facilitar el manejo del cambio organizacional por parte de empleados y directivos y poder constituirse per-se en una fuente del cambio

Facilitar la mejora de la salud mental de sus integrantes a través de implementar un servicio preventivo y no sólo como intervención en crisis, por ejemplo en el manejo del estrés,

Facilitar el desarrollo del potencial de los miembros de la organización afirmando así su condición de ventaja principal del negocio, por ejemplo en la adquisición autónoma de habilidades interpersonales.

El counseling tuvo su origen en el campo de la educación y no en la clínica por lo cual no reconoce un paradigma médico; luego se extendió a los campos comunitario, laboral, pastoral, sanitario, etc.


Coaching.

Alude a un tipo de relación y, actualmente, a una profesión. Puede definirse como “un proceso dinámico e interactivo que consiste en asistir a otros en el logro de sus metas colaborando en el desarrollo de su propio potencial” (Leonardo Wolk, 2003). Este proceso está directamente interesado en la mejora del desempeño con el fin de que el coachee libere todo su potencial para el incremento de su desempeño. Así puede caracterizarse como un proceso de aprendizaje provocador y desafiante, con inicio y fin donde se establecen metas claras y se diseñan en conjunto acciones para que el coachee alcance los resultados deseados.
El coaching también se entiende como un medio de gestionar personas, un estilo de liderazgo para ser desarrollado por los niveles con capacidad de dirección de una organización.
En el coaching existe un énfasis en el desempeño, entendiéndose éste tanto en términos de eficacia como de eficiencia. No se trata de lograr cualquier desempeño, se trata de lograr algo más allá de lo que se espera, significa apuntar a normas más altas, normas que invariablemente superan lo que los otros esperan o requieren del coachee. Así esta búsqueda es la expresión del propio potencial de la persona, de su responsabilidad y autonomía. El coaching se configura en un estilo y herramienta gerencial para optimizar el potencial y el desempeño de los miembros de una organización. Puede aplicarse tanto a la delegación de tareas, cuanto a la motivación del personal, a la creación de equipos como a las evaluaciones de desempeño.


Mentoring.


Alude a un tipo de relación donde un mentor actúa como maestro, guía y sabio de un protegido, brindándole lo mejor de lo que sabe de una forma total y compasiva. El mentor es un catalizador del aprendizaje del protegido, basado más en cualidades actitudinales que en el conocimiento experto. Así la habilidad del mentor es el arte de ser auténtico en la búsqueda del crecimiento personal y profesional del protegido. No es una transacción de una sola vía sino que es una relación interactiva y sinérgica que propone la adquisición de conocimiento sin tener que ceder la libertad. Es un modo de asesoría donde juegan un papel preponderante cuatro competencias centrales: saber rendir el poder de dirigir el aprendizaje, aceptar las vivencias del protegido sin prejuicios, ofrecer los propios dones del mentor con generosidad y saber poner un límite a la relación para alentar la autosuficiencia del protegido.