Christopher Ontiveros

El retrato de Dorian Gray es de esos libros que son indispensables de leer, a mí en lo personal no me llamaba la atención leerlo quizá por su título ya que la mente suele jugar tratando de adivinar una obra o un libro con solo conocer el título, afortunadamente para mí este libro resulto mejor de lo que yo esperaba. El retrato de Dorian Gray refleja mucho de la vida de su autor como pasa en las artes en la pintura, en la danza, en las esculturas, en la música o en la literatura. He de confesar que se me hizo un libro muy afeminado en algunas partes pero quizá sea porque en nuestra sociedad actual cuesta reconocer la belleza de una persona de nuestro mismo sexo. Pero este libro va más allá no solo trata de lo banal que puede llegar a ser la belleza si no que introduce al lector en una reflexión sobre la misma, ¿Cuántas veces juzgamos favorablemente a una persona solo porque es atractiva?, ¿Cuántas personas son contratadas por ser bien parecidas aunque no tengan las competencias necesarias para desempeñar un puesto?, ¿Cuántas bellezas de antaño sufren y se resisten a seguir recibiendo los embates del tiempo? No porque las personas sean bellas significa que sean buenas, pero tal parece que la gente cree, confía y admira más a una persona bella que en una que no lo es. Quizá se deba a que desde pequeños vemos en muchos lugares alusiones a esto, como poner a Jesucristo bien parecido o a una simple paloma balnca convertirla en el símbolo de la paz, los príncipes de Disney que destruyen la maldad y un sinfín de ejemplos de esta clase. ¿Hasta qué punto nuestras acciones, buenas o malas llegan a repercutir en nuestro aspecto físico? Más allá de lo subjetivo que puede ser esta cuestión yo si soy partidario de que existe una gran relación en el aspecto físico y nuestras acciones, detrás de un bello rostro podemos encontrar la mentira en una mirada, la maldad en las cejas, la seriedad y la simpatía de los que nos rodean, quizá mis argumentos carezcan de toda base lógica pero ¿Quién negará que ha confiado ciegamente en una persona por una corazonada? El hombre ha querido desde hace mucho tiempo mantener la juventud, porque la juventud es vigor, es fortaleza, es belleza, es fecundidad entre muchas otras cosas, la gente se asombra y ríe de los baños de leche de cleopatra, o de los sacrificios de diferentes culturas, la búsqueda de la fuente de la juventud. La realidad es que hasta la fecha esa necesidad sigue vigente por ello el éxito de productos para disimular las canas, las arrugas, tintes para el cabello, cirugías y un sin fin de soluciones para aminorar la edad. Sin atreverse a aceptar la propia decadencia del cuerpo quizá lo mejor que puedo hacer es dejar de seguir criticando esta necesidad pasados los años quizá yo sea partidario y cliente del trasplante de cabello, de las cremas antiarrugas y de cualquier cosa que me haga recuperar la juventud que a mis 22 años poseo. Mucha gente no entiende que el cuerpo realmente es una cárcel que aprisiona a nuestra verdadera esencia y que es solo una envoltura de lo que en verdad llevamos dentro, al parecer seguimos siendo esclavos de lo que nos dicen nuestros sentidos. En conclusión Dorian Gray me parece un libro el cuál estas obligado a leer, ya que forma parte de las grandes obras de la historia, además de ser escrito de una manera exquisita por su mítico autor Oscar Wilde.